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La historia de Julio Navarro, el astrónomo argentino que podría ganar el Nobel de Física

Es santiagueño, pero vive en Canadá y fue incluido en la lista por su investigación sobre la estructura de los halos de materia oscura.


Julio Navarro es el único argentino que fue incluido en selecta lista de candidatos considerados propensos a ganar el Premio Nobel en sus respectivos campos, realizada por Citation Laureates, con grandes posibilidades de ser nominado para el galardón de Física.


“Es un reconocimiento muy importante y un logro muy emocionante para mí carrera”, le dijo a Télam.


Este astrónomo, de 57 años, nació en Santiago del Estero, se crió en la ciudad capital, donde cursó sus estudios primarios y secundarios. Luego, decidió salir de su provincia y anotarse en la Universidad Nacional de Córdoba, donde en 1986 se recibió de Licenciado en Astronomía. Tres años más tarde, realizó el posgrado para Doctorarse.


Actualmente, vive en Canadá, donde trabaja como profesor en la Universidad de Victoria de Canadá. Navarro es un experto reconocido por sus investigaciones sobre formación y evolución de galaxias, como también sobre estructura cósmica y materia oscura.

A lo largo de su trayectoria, el astrónomo fue reconocido con la Medalla Henry Marshall Tory de la Royal Society of Canada, 2015; Miembro de la Royal Society of Canada, 2011; Premio Friedrich Wilhelm Bessel de la Fundación Humboldt, 2004; Miembro de la Fundación Guggenheim, 2003 y Miembro de la Fundación Alfred P. Sloan, 1999.

En relación al Nobel de Física, se prevé que los ganadores sean elegidos durante los primeros días de octubre por los cuerpos colegiados que tienen esa tarea: la Real Academia de las Ciencias de Suecia. “Es un comité bastante secreto y selectivo de personas que asesoran a la Academia Sueca para dar los premios Nobel, así que no hay candidaturas, ni nominaciones a ese premio. Lo que hacen algunas compañías, como esta por la cual yo recibí está distinción, es tratar de pronosticar quién podría recibir el Nobel de acuerdo a ciertas métricas que usan y viendo el impacto de los trabajos científicos”, indicó Navarro.

Y destacó: “Este reconocimiento que recibimos es un testimonio de que nuestro trabajo ha tenido mucho impacto”, pese a que aclaró que esto “no garantiza para nada la obtención de un premio tan selecto e importante como el premio Nobel".


Navarro fue mencionado como uno de los posibles candidatos al Nobel por su investigación sobre la estructura de los halos de materia oscura, la misteriosa sustancia que mantiene unidas a las galaxias.


El sitio especializado en investigación científica global, con sede en Canadá, CIFAR, explica sobre Navarro: “Su trabajo sobre la materia oscura, la sustancia misteriosa que mantiene unidas a las galaxias, ha sido muy influyente en la elaboración de nuestro paradigma actual para la formación de estructuras en el universo, donde el presupuesto de masa está dominado por la materia oscura ‘fría’ y la expansión universal es impulsada principalmente por ‘energía oscura’”.


Y agrega: “El trabajo de Navarro utiliza algunas de las supercomputadoras más grandes del mundo y los algoritmos numéricos más sofisticados para recrear la formación jerárquica de galaxias y otras estructuras. Estas simulaciones de vanguardia han resaltado una serie de éxitos y deficiencias en las teorías de la formación de estructuras”.


Respecto a este trabajo, el astrónomo argentino le explicó a Télam: “Hace mucho tiempo trabajo en lo que llamamos materia oscura, que es un componente del universo”. Y detalló que el universo está formado por una parte de “átomo, oxígeno, hidrógeno, carbono, y otros elementos, que son las que llamamos materia ordinaria y la otra parte que uno conoce de la energía que es la luz, el sol, la luz que viene de las estrellas”.


Aunque, aclaró que actualmente se sabe, por investigaciones, que "esa calidad de materia de energía, eso que hemos estudiado por muchos años en física y química, en verdad es un componente mínimo del universo”.


En relación a esto, puntualizó: "Porque el universo está hecho de otras cosas que no son sólo átomos y la luz típica que nos llega del sol, esa cantidad de materia de luz y de materia normal es ínfima, es un 4% de materia y energía total del universo”, puntualizó el astrónomo.


Por este motivo, advirtió que los expertos creen que "el 96% restante se divide en dos, una materia oscura, que es una materia que pesa, o sea que tiene gravedad, que hace que las galaxias puedan existir y otra parte es la que llamamos energía oscura que es algo

bastante diferente, es una fuerza repulsiva de largo alcance”.



Según explicó el astrónomo, su trabajo “se refiere a la materia oscura, esta materia diferente de la materia normal, en el sentido que no interacciona con la luz”, y puso como ejemplo que “si uno tuviera una pelota de materia oscura seria completamente transparente y tampoco interacciona con la materia normal, con los átomos que conocemos, de ninguna otra forma que no sea la gravitacional”.


“Sabemos dónde está esta materia oscura, cuánto hay, cómo está distribuida y tratamos de usar”, ya que de esa forma “podemos medir los movimientos de estrellas, de galaxias, usando eso tenemos un mapa de materia oscura hecho del universo”, explicó.

Navarro detalló que para interpretar ese universo en términos de materia, es necesario comprender qué es lo que dice ese mapa, por eso, lo que él hace son modelos de números en supercomputadoras, "las más grandes del mundo, que tratan de predecir qué tipo de estructuras habrían en el universo, dependiendo de diferentes hipótesis acerca dela materia oscura, por ejemplo si había más o menos galaxias que las observadas, o bien, menos o más galaxias grandes, o menos o más galaxias pequeñas”.


Con relación a esta tarea, el científico detalló que en ese contraste entre las predicciones de los modelos y las observaciones es cómo logran aprender de la materia oscura. "Vamos restringiendo las posibilidades acerca de cuáles son las propiedades que puedan tener y de esa forma es como tratamos de aprender más y más, para finalmente lograr un entendimiento tan grande que nos permita decir que la materia oscura es este tipo de partícula, de fuerza o lo que sea”, resaltó.


“Este es mi trabajo y por ese tipo de trabajo hemos sido reconocidos con este galardón”, concluyó.


Julio Navarro, del Conicet al mundo

Navarro fue investigador del Conicet entre 1986 y 1988, mientras cursaba su doctorado en la Universidad Nacional de Córdoba. Luego, emigró a los Estados Unidos, donde trabajó hasta 1990 en la Universidad de Harvard como Investigador Asociado del Observatorio del Centro para la Astrofísica. En simultáneo, se desempeñó como Becario Pre Doctoral del Observatorio Astrofísico Smithsoniano.


En 1991 viajó al Reino Unido, donde trabajó como Investigador Asociado del Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge. Luego se mudó a Durham, donde se desempeñó como investigador del Departamento de Física en la Universidad de Durham.

Tres años más tarde, volvió a los Estados Unidos, para trabajar en el Observatorio Steward de la Universidad de Arizona. Y en 1998 se mudó a la Universidad de Massachusetts, donde fue contratado como profesor de Astronomía entre 2007 y 2008.


En relación a sus funciones en la Universidad de Victoria, en Canadá, comenzó trabajando como profesor asistente de Física y Astronomía, en 1998, por un periodo de tres meses. Luego, trabajó un año como profesor asociado en 2001, y un año más tarde fue designado profesor, puesto que conserva en la actualidad.


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