Usar efectivo por elección. Los consumidores de los que nadie habla.
Según la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC), más de 2 mil millones de personas en todo el mundo son no-bancarizados. En este sentido Argentina muestra un gran avance y tuvo uno de los incrementos más altos en la región en los últimos años, en cantidad de cuentas abiertas, a tal punto que la bancarización es casi total en la población adulta.
“Es increíble que de esos 2 mil millones, más de 1 mil millones de personas adultas en el mundo tienen un smartphone pero no una cuenta bancaria. Estos últimos están globalmente conectados pero financieramente desconectados. Pero no es solo eso, tener una cuenta es solo una de las variables, la mayoría de las personas con cuentas todavía no tienen acceso a créditos y muchos solo las usan una vez al mes para sacar todo el efectivo. Hay mucho aún por hacer para poder hablar de inclusión financiera”, reflexiona Tania Lea Directora de Latam de Azteco.
Si bien los datos del BCRA reflejan que el 2023 cerró con más de 160 millones de cuentas bancarias (CBU) y billeteras virtuales (CVU), la gran mayoría no realizan operaciones en las mismas. Este subgrupo denominado “sub-bancarizado”, son aquellos que tienen una cuenta bancaria para cobrar cada mes el salario, recibir una transferencia familiar, la pensión jubilatoria o algún plan social pero eligen retirar todos sus fondos de esa cuenta a principios del mes y manejarse exclusivamente en efectivo. Son personas que tampoco podrían acceder a créditos ni préstamos.
Asimismo, también están los que tienen una cuenta pero la utilizan lo menos posible, los “bancarizados-bajo-perfil”, quienes eligen vivir mayormente en efectivo y solo usan tarjetas para suscripciones, pagos internacionales, beneficios, descuentos o cuotificación.
Consumidores Efectivo-por-Elección (o Cash-by-Choice) y razones de esta opción:
Son aquellos que si bien puede llegar a tener acceso o tienen una cuenta bancaria, eligen no usarla o la usan lo menos posible, por dos razones principales, según la FDIC:
-No confían o no les gustan los bancos
-Quieren proteger su privacidad de gastos, ingresos y movimientos financieros.
Razones financieras y microeconómicas:
-Mantener su dinero en efectivo y fuera de instituciones financieras le brinda acceso directo y control total de sus activos.
-Los bancos y los gobiernos pueden congelar cuentas bancarias, poner en “corralitos” el dinero, tal como sucedió en Argentina.
-Cuando eligen usar solo efectivo, pueden ver y manejar físicamente su dinero, lo que fomenta la responsabilidad financiera. Según Sebastián Nocito CEO de MORA, plataforma especializada en gestión de deuda, “las personas que usan efectivo suelen gastar menos porque tienen mayor consciencia de lo que tienen y evitan endeudarse. Sólo el hecho de saber que se puede llegar a pagar más de 150% de interés por saldos pendientes genera que muchos elijan esta manera de auto control”.
-La comodidad y rapidez de trabajar en efectivo. Y evitar tarjetas bloqueadas, trámites administrativos, contraseñas, etc.
-Economías informales: Según un informe realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2022, el 45% de los trabajadores en la Argentina eran informales. Por lo tanto, aún existe una gran porción del mercado que elige hacer sus pagos en efectivo.
Razones culturales y sociales:
Cuando todos los miembros de una comunidad inmediata, pueblo o barrio utilizan el efectivo, se convierte en la norma y en un modo de transacción más conveniente.
Razones de “valores”:
Algunos optan por la privacidad. Muchos consumidores citan la seguridad frente al robo de datos e identidad como un factor que les impulsa elegir el efectivo, así como la libertad de miradas indiscretas, control estatal, la inflación y la usura.
Pero cómo pagar las suscripciones, impuestos, enviar dinero o realizar compras de grandes montos?
A pesar de todas las razones antes descritas, incluso el “efectivo por elección” precisa participar en el sistema financiero. Enviar remesas, realizar un pago, incluso pagar facturas mensuales se vuelve incómodo, inseguro o incluso imposible solo en efectivo.
Cajeros automáticos inversos: cada vez son más populares los cajeros automáticos inversos, que aceptan efectivo a cambio de tarjetas de regalo o gift cards (que son anónimas). Son excelentes para las transacciones cotidianas.
Tarjetas bancarias electrónicas prepagas: Las tarjetas prepagas actualmente son las terceras más utilizadas del país, luego de las de crédito y débito. Su crecimiento interanual en el 2023 fue del 38,4%. Funcionan igual que las tarjetas de regalo, pero podrían manejar montos mayores, lo que permitiría a las personas pagar una variedad de transacciones, desde prestarle a un primo 1.000 dólares hasta comprar un automóvil usado por 10.000.
Comments