Semana de Vacunación en las Américas: ¿por qué es importante vacunarse?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas se definen como una preparación destinada a generar defensas contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Por tal motivo, su desarrollo sirve para la prevención de enfermedades producidas por virus y bacterias, permitiendo salvar millones de vidas y generando un importante impacto en la salud pública a nivel mundial.
“Tras vacunarnos, nuestro sistema inmunitario produce anticuerpos, como ocurre cuando nos exponemos a una enfermedad, con la diferencia que las vacunas contienen solamente microbios (como virus o bacterias) muertos o debilitados y no causan enfermedades ni complicaciones”, comenta la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
Tras la administración de una o más dosis de una vacuna contra una enfermedad concreta, las personas quedan protegidas contra ella, normalmente durante años, décadas o incluso para toda la vida. Por eso, las vacunas son tan eficaces: en vez de tratar una enfermedad cuando esta aparece, evitan que una persona se enferme.
¿De dónde surge el método de las vacunas?
En 1796, el médico inglés, Dr. Edward Jenner, descubrió que la viruela podía prevenirse inoculando a una persona pústulas variólicas de una vaca. Entonces, la persona vacunada desarrollaba anticuerpos que la protegían tanto contra la viruela de las vacas como contra el virus.
Tiempo después, la humanidad atravesó muchísimos hitos que han sido un antes y un después en materia de inmunización. A modo de ejemplo, algunos de ellos implican la vacuna antirrábica descubierta y aplicada en 1885 por el químico y bacteriólogo francés Louis Pasteur; la vacuna contra la tuberculosis (BCG) a partir del descubrimiento de un bacilo por Calmette-Guerin; la vacuna inyectada salk y la oral sabín, lo que generó la erradicación de la poliomielitis en la mayor parte del planeta, no registrándose casos en la Argentina desde 1984.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un lapso de 10 años, solo con la vacunación contra el Sarampión, se han evitado poco más de 10.000.000 de muertes. Además, se ha estimado que las vacunas previenen anualmente 6 millones de fallecimientos.
Puntualmente en Argentina, desde 1978, entró en vigencia el primer calendario Nacional de vacunación que incluía seis vacunas para prevenir difteria, tos convulsa, tétanos, poliomielitis, sarampión y formas graves de tuberculosis (TBC).
Hoy en día, en Argentina, el Estado garantiza vacunación gratuita en Centros de Salud y Hospitales Públicos de todo el territorio nacional. Estas vacunas son la BCG (previene la tuberculosis), vacuna contra Hepatitis A y B, vacuna contra Neumococo conjugada de 13 valentes (previene meningitis, neumonía, otitis e infecciones graves por dicha bacteria), Quíntuple o Pentavalente (previene difteria, tétanos, tos convulsa, hepatitis b, e influenza b), y sus posteriores triple y doble bacteriana, vacuna antipoliomielítica inactivada tipo Salk, vacuna contra el Rotavirus (vía oral), vacuna contra el meningococo ACyW (previene la meningitis), vacuna antigripal, vacuna contra la varicela, vacuna contra el virus del Papiloma Humano (HPV), vacuna triple viral (previene Sarampión, Rubeola y Paperas). También, se proveen vacunas para prevenir a viajeros en zonas de riesgo, como la vacuna contra la Fiebre Amarilla.
“En la actualidad, en el contexto de la pandemia por coronavirus, COVID-19, y ante su rápida propagación, comenzaron a fabricarse vacunas en varios países del mundo (SARS-COV-2). En Argentina, contamos con acceso a las vacunas Sputnik V, Astrazeneca, Moderna, Covishield, Sinopharm y Pfizer”, detalla la profesional.
Retrasar el momento de la vacunación es correr el riesgo de contraer una enfermedad grave. Si se espera a que una persona esté expuesta a una enfermedad (por ejemplo, durante un brote), puede ser demasiado tarde para que la vacuna actúe y para recibir todas las dosis recomendadas.
“Las dos principales razones para vacunarse son protegernos a nosotros mismos y proteger a las personas que nos rodean. Puesto que no todos pueden ser vacunados, por diversos motivos, al protegernos nosotros, evitamos contagiarles enfermedades que se pueden prevenir mediante vacunación”, finaliza la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
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