Quiénes son los candidatos mejor posicionados para las PASO en CABA, Buenos Aires y Córdoba
El cierre de las listas no terminó por despejar las tensiones internas que existen tanto en la coalición oficialista como en la opositora. Las discusiones y la conflictividad están a la orden del día.
Julio fue un mes de definiciones: más allá de las especulaciones políticas de las semanas previas, conocimos por fin cómo estarán conformadas las listas de candidatos. Pese a los intentos del presidente Fernández, la lista de unidad no fue posible en Santa Fe y Agustín Rossi enfrentará en las PASO a la nómina Marcelo Lewandowski - María de los Ángeles Sacnun, apoyada por el gobernador Perotti y, presuntamente, por Cristina Kirchner. Tras la negativa de bajase de la contienda, Rossi se enteró por televisión que los precandidatos debían dejar su cargo. Sus intereses políticos fueron más que su ambicioso plan para reestructurar las Fuerzas Armadas y el pasado jueves, el ahora exministro, presentó su renuncia.
Sin embargo, las rispideces no son exclusivas del Frente de Todos. Apenas transcurrió poco más de una semana desde que se confirmó que Diego Santilli y Facundo Manes concurrirán a una PASO en la provincia de Buenos Aires, pero la interna ya promete ser más belicosa de lo que se esperaba. La tensión escaló cuando Manes advirtió sobre la posibilidad de que se utilicen los recursos del gobierno porteño para la campaña del PRO en la provincia, recibiendo duras respuestas, entre ellas la de Carrió que incluso amenazó con denunciarlo ante la justicia. El temor a que el fuego amigo provoque un desgaste innecesario llevó a que algunos dirigentes de Juntos por el Cambio, como Patricia Bullrich, evalúen acordar un decálogo de convivencia interna, aunque parece difícil que pueda concretarse. El mero hecho de que se interprete la necesidad de tal “reglamento” da cuenta de las tensiones.
Las discusiones desatadas a partir de la PASO entre Manes y Santilli son el reflejo de una controversia mayor que existe entre la UCR y el PRO. El radicalismo desafía las aspiraciones presidenciales prematuras de Rodríguez Larreta y sueña con construir un candidato propio para 2023. Por eso, más allá de que lo central será la disputa entre oficialismo y oposición, lo cual definirá el balance de poder en el Congreso, la interna bonaerense de JxC también resulta crítica y queda inmersa en una dinámica nacional más amplia, que podría estructurar el juego político opositor de cara al futuro.
Para predecir comportamientos durante la campaña (presencia en medios y actividades proselitistas, centralidad pública, foco discursivo) y pronosticar posibles resultados (en las contiendas entre partidos pero también al interior de ellos) resulta valioso monitorear de manera individual el potencial electoral de los dirigentes que conforman las listas. Para esto, en D’Alessio IROL – Berensztein realizamos un sondeo donde preguntamos a adultos mayores de 18 años de Buenos Aires, CABA y Córdoba su opinión respecto a los principales candidatos de sus distritos. Para conformar una escala de preferencias, se les pidió a los encuestados que elijan entre las siguientes opciones: seguramente lo votaría, probablemente lo votaría, probablemente no lo votaría y seguramente no lo votaría. Buenos Aires En los resultados de la Provincia de Buenos Aires, los tres candidatos mejor posicionados pertenecen a la oposición: Santilli lidera con un 45% de gente que seguramente (23%) o probablemente (22%) lo votaría, escoltado por su competidor en la interna, Facundo Manes, quien alcanza un 43%, mientras que Graciela Ocaña logra llegar a un 42%. Los siguientes tres candidatos pertenecen al oficialismo. Daniel Arroyo, quien paradójicamente ocupa la decimosegunda posición en la lista del FDT, es el candidato mejor posicionado del espacio con un 37%. Victoria Tolosa Paz también alcanza el 37% de apoyo, pero con un porcentaje mayor de gente que probablemente o seguramente no la votaría (56%). Por debajo se encuentra el exministro de salud bonaerense Daniel Gollán. Los candidatos de terceros partidos (José L. Espert, Carolina Piparo, Florencio Randazzo, Carolina Castro, Nicolas del Caño) aparecen más alejados en la competencia.
CABA En la Ciudad de Buenos Aires, Luis Brandoni se ubica en la primera posición, quien a pesar de contar con un 48% del electorado que seguramente (23%) o probablemente (22%) lo votaría, ocupa un lugar muy relegado en la lista “Adelante Ciudad” que encabeza Adolfo Rubinstein, a priori la menos atractiva de la interna. Teniendo en cuenta el nivel de apoyo que cultiva Brandoni, su papel en la campaña podría no ser tan marginal como el lugar que ocupa en la lista.
Martín Tetaz, una figura nueva en JxC y en el escenario político en general, alcanza un 47% de apoyo, ubicándose por encima del 45% de María Eugenia Vidal, quien encabeza la lista del PRO. Ricardo López Murphy aparece en la cuarta posición con cifras muy cercanas a las de Vidal. Habrá que ver, en el desarrollo de la campaña, si López Murphy logra convertir esta buena percepción en votos concretos hacia la lista que él encabeza. No obstante, el estudio demuestra que parte de un nivel de apoyo significativo, más alto del que muchos suponían. Por otro lado, el candidato que lidera la lista del FDT, Leandro Santoro, aparece en el quinto lugar con un apoyo del 31% del electorado. El actual legislador porteño se ubica bastante por encima que su compañera Gisela Marziotta.
Córdoba La provincia de Córdoba es un distrito importante para analizar de cara a las elecciones, no solo porque se renueva sus bancas en el Senado, sino por las fuertes internas que también hay dentro de JxC. En las preferencias, el primer lugar lo ocupa el dirigente de la UCR Mario Negri con un 55%, que buscará imponerse como el candidato a Senador en la interna frente a Luis Juez, que se posiciona en el tercer lugar, con un 49% de apoyo.
En segundo lugar, se encuentra Rodrigo de Loredo con 53%, quien encabezará la lista de diputados del Pro, acompañando la candidatura de Juez. Por debajo de los dirigentes de oposición, y bastante más relegados, se encuentran los candidatos del FDT y del oficialismo provincial (Hacemos por Córdoba). En los tres distritos, los candidatos de la oposición cuentan con mejor percepción por parte de la ciudadanía. De todas formas, esta apreciación positiva no necesariamente significa su traslado a votos. Las elecciones son un sistema dinámico a partir del cual el electorado ordena sus preferencias en función de toda la oferta electoral disponible. Es decir, el votante puede elegir a un candidato en particular descartando a otras figuras a las cuales eventualmente votaría bajo otras circunstancias. En este sentido, las terceras fuerzas pueden tener un papel preponderante en el resultado final erosionando el caudal electoral de oficialismo y oposición.
Algunas conclusiones Los datos ratifican el dominio de la oposición en CABA y Córdoba, pero la debilidad relativa que a priori demuestran los candidatos del oficialismo en Provincia de Buenos Aires debe ser considerada con cautela. El kirchnerismo cuenta con un voto duro en territorio bonaerense, que algunos sitúan en torno al 30%, que logra retener a pesar de los vaivenes políticos y económicos, y a partir del cual el FDT crece cuando conquista votantes del centro (en 2019, Kicillof obtuvo el 52%). El desafío para la oposición será, primero, conservar el potencial electoral que evidentemente muestran sus candidatos y, segundo, evitar que los votos se fuguen hacia terceras fuerzas. ¿Los ataques entre Manes y Santilli promueven o atentan contra estos objetivos? Es una incógnita que probablemente se develará con el transcurso de la campaña. Por el momento, el nivel de virulencia que adquirió la interna no parece un elemento positivo. De hecho, así lo entienden los propios dirigentes que promueven el manual de convivencia. No obstante, a pesar de que la provincia de Buenos Aires es para muchos el bastión kirchnerista, vale la pena recordar que en las últimas tres elecciones de medio término este fue derrotado: en 2009 Francisco De Narváez superó a Nestor Kirchner, en 2013 Sergio Massa a Martín Insaurralde y en 2017 Esteban Bullrich a Cristina Kirchner (esta vez, en la elección por el Senado). Por eso, todos los cañones del oficialismo apuntan a la provincia, allí mantiene su foco de poder, pero al mismo tiempo debe romper con la tendencia que demuestran las últimas derrotas en elecciones legislativas.
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