Las lluvias y el descenso de la temperatura aliviaron a la soja y al maíz

Gran parte de la zona agrícola nacional se vio beneficiada por un frente de tormenta que dejó acumulados de diferentes caudales. Según especialistas, febrero será el mes crítico de definición de rinde de los cultivos de verano. Un campo de soja en la zona de Pergamino a mediados de enero, cuando arreciaban la sequía y las altas temperaturas, impactando sobre los potenciales de rinde de los cultivos, que ahora están recuperando vitalidad.

Llegaron las lluvias a distintas áreas agrícolas del país, luego de más de una semana de una intensa ola de calor, con temperaturas máximas en la zona núcleo que alcanzaron los 35 y 40 grados centígrados e impactaron en la condición de los cultivos soja y maíz.

LLuvias acumuladas entre ayer y este lunes. Fuente: Servicio Meteorológico Nacional.En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, hubo acumulados de 70 milímetros en San Antonio de Areco, 22 en Suipacha, 54 milímetros en Alberti, 42 en 9 de Julio, 60 en Chivilcoy y 45 en Carlos Casares. Las precipitaciones aún continuaban en algunas localidades bonaerenses como Bolívar, donde ya habían caído 35 milímetros.

Por su parte, según el INTA San Pedro, la localidad recibió 37 milímetros en las últimas 24 horas, con un total de 185,5 milímetros en lo que va del año, mientras que el INTA Manfredi, Córdoba, informó que cayeron 62 milímetros, con un registro mensual durante enero de 182 milímetros que superó el promedio histórico de 125.

Hasta el momento en la provincia de Córdoba, entre lunes y jueves de la semana pasada, cayeron 95 milímetros en la localidad de La Puerta, y en Marcos Juárez los acumulados del mes marcaban entre los 200 y 280 milímetros. En diálogo con TN.com.ar, el meteorólogo Leonardo de Benedictis, explicó que luego tres meses se sequía (octubre, noviembre y diciembre) y un enero con pocas precipitaciones, el mes cerró con acumulados importantes, sobre todo en las provincias de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, San Luis y noreste de Buenos Aires.

“Las lluvias marcaron un antes y un después. Si no llovía el último fin de semana de enero muchos productores iban a sufrir una gran pérdida en sus producciones por la falta de agua”, afirmó el especialista. Condición de los cultivos Vale recordar que las altas temperaturas de los últimos días agravaron la condición de las siembras tempranas de soja y maíz, y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) redujo en 500.000 toneladas la proyección de producción final de la oleaginosa, con un estimado total de 46 millones de toneladas. En tanto, los especialistas en estimaciones agrícolas son optimistas y esperan que las precipitaciones ayuden a frenar el deterioro de los cultivos de soja y maíz sembrados de manera temprana. Además, los milímetros caídos podrían impulsar una mejora de la implantación tardía. En este sentido, dijeron que los potenciales de rindes en soja hasta el momento están por debajo de los registros históricos y el clima durante febrero será clave para definir el volumen final de la cosecha. Acumulado de lluvia del 26/1 al 30/1. Fuente Aprilis.Esteban Copati, Jefe de Estimaciones Agrícolas de la BCBA explicó que las altas temperaturas aceleraron el desecamiento de los lotes, acentuaron el déficit hídrico y generaron mermas importantes sobre los potenciales de rinde, sobre todo en los cultivos que ya están avanzados en sus etapas reproductivas, como por ejemplo las siembras tempranas de soja de primera o implantaciones tempranas de maíz en regiones claves del centro área agrícola nacional.

Sin embargo, el especialista destacó en diálogo con Canal Rural: “Todavía seguimos con tendencias secas para los próximos meses, lo que suceda en febrero va a ser clave porque gran parte del área sembrada de soja y maíz va a transitar etapas críticas”. Por su parte, Cristian Russo, Jefe de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, dijo que desde la entidad bursátil esperan que con estas lluvias “hay muy buenas chances” de poder recuperar los 30 milímetros que se perdieron por la ola de calor de los últimos días.