La OMS declara la emergencia sanitaria internacional por el coronavirus de Wuhan
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la emergencia internacional por el coronavirus de Wuhan. El director general del organismo, Tedros Adhanom, bajo recomendación -casi por unanimidad- del Comité de Emergencia, ha decretado este jueves que el brote de neumonía con epicentro en China constituye una Emergencia de Salud Pública de Alcance Internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés).
La declaración de la categoría de máxima alerta por una crisis sanitaria llega después de que el coronavirus 2019-nCoV haya traspasado las fronteras del continente asiático y el número de casos registrados fuera del país haya aumentado hasta afectar a 7.700 personas. Por el momento, ya son 170 los fallecidos, todos ellos en China, donde hay casos confirmados en todas las regiones.
El director de la OMS se ha referido al coronavirus como un “patógeno anteriormente desconocido que ha escalado a un brote sin precedentes”, y ha subrayado que pese a declarar la alerta, el número de casos declarados fuera de China ha sido “relativamente reducido”. Sin contar el epicentro del virus, “hay 98 casos en 18 países y ningún fallecido”.
Una situación que la OMS atribuye a las medidas adoptadas por las autoridades chinas para contener el brote. “Podríamos haber visto muchos más casos e incluso fallecidos sino fuera por los esfuerzos de China”, ha apostillado, tras aclarar que la alarma “no es un voto de no confianza” con el país asiático, sino que el organismo “sigue confiando en la capacidad de China para contener el brote”.
¿Qué supone la alerta sanitaria?
Para que la OMS decrete la categoría máxima de alerta por una crisis sanitaria, debe existir una circunstancia extraordinaria con riesgo de rápida propagación a otros países y que exija una respuesta sanitaria internacional coordinada. El PHEIC supondrá intensificar las medidas preventivas a nivel global, así como la coordinación sanitaria para homogeneizar los procedimientos de prevención, cuarentena, tratamiento e incluso concienciación sobre la epidemia. Además, el organismo se centrará en la aceleración del desarrollo de vacunas, terapias, diagnósticos y la lucha contra la desinformación.
Uno de los puntos más importantes a tratar, ha destacado Adhanom, es apoyar a los países con menos recursos porque “no sabemos qué tipo de daño puede causar el virus si se extinguiera en un país con un sistema sanitario más débil”.
En cuanto a posibles restricciones, la OMS se opone a la recomendación de limitar el comercio ni los movimientos, y hace un llamamiento para que todos los gobiernos actúen basándose en evidencias. “La única manera de vencer el brote es que todos los países trabajen juntos en un espíritu de solidaridad y cooperación. Estamos todos juntos en estos y sólo podremos vencerlo juntos. Es la hora de los hechos y no del miedo, de la ciencia y no de los rumores. De la solidaridad y no de los estigmas”, ha concluido.
Hace una semana, el comité formado por quince expertos médicos de diferentes países descartó declarar la alerta internacional al considerar que la emergencia estaba focalizada en China e hizo un llamamiento a la calma. El director general de la OMS aclaró entonces que la decisión no significaba que no pensaran que la situación no fuera “grave”, y se mostró esperanzado en que las medidas tomadas por las autoridades chinas, como el aislamiento de ciudades enteras como Wuhan y alrededores, fueran eficaces para contener la epidemia. Ayer mismo, Adhanom reconoció la preocupación de la OMS ante el progreso del virus en los últimos días, “especialmente la transmisión de persona a persona”.
El coronavirus 2019-nCoV comparte un 80% de similitudes con el virus del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS), que en 2003 afectó a más de ocho mil personas y provocó la muerte de 774, principalmente en China.
La última vez que la OMS declaró este tipo de emergencia fue en la República Democrática del Congo por el brote de ébola en julio de 2019. La alerta también se activó en 2016 por el virus zika, en 2015 por polio y por ébola en África Occidental, y en 2009 por el brote de gripe H1N1.
La declaración de la OMS aquí